Cuando no existe separación fluyes
Cuando estas plenamente presente fluyes
Cuando todo lo sientes como la primera vez fluyes
Cuando pierdes noción del tiempo fluyes
Cuando habitas tu cuerpo fluyes
Cuando vives tu vida al máximo fluyes
Hoy te invito a realizar una breve práctica de relajación consciente.
Tómate unos minutos para registrar todo tu cuerpo en postura de savasana ( acostado boca arriba), idealmente sobre una mat de yoga, sino sobre el suelo con alguna manta que elijas para esta ocasión.
Observa el flujo de tu respiración en el abdomen, percibiendo como si fueran las olas del mar que suben y bajan, contemplando el movimiento natural y fluido, como la vida misma.
Lenta y profundamente percibe como todo tu cuerpo comienza a relajarse, liberarse de tensiones, siente los pesos corporales, los apoyos sobre la mat, cada sensación que pueda llegar, recíbela amorosa y cálidamente, dándole la bienvenida.
Registra tus pensamientos, como se encuentran en este instante, solo obsérvalos como un testigo fiel, sin identificarte con ellos, sin etiquetarlos, sin juzgarlos.
Percibe su velocidad, si existe espacio entre pensamiento y pensamiento, disfruta de ese viaje perfecto.
Recuerda que cada vez que tu mente se vaya hacia el pasado o futuro, es una gran oportunidad para volverla a traer a tu cuerpo, a tu respiración. No intentes eliminar los pensamientos, simplemente obsérvalos y dejalos pasar como si fueran nubes.
Con esa sensación de quietud, armonía, tranquilidad, conecta con tu paraíso, con este presente que te abraza eternamente.
Inhala profundamente desde tu zona pélvica y al exhalar pregúntate, de que te sientes agradecido hoy?
La gratitud es un flujo de energía positiva que la activas cada vez que la pones en marcha.
Visualízalo en tu pantalla mental con la mayor cantidad de detalles posibles, percibe como te sientes cuando agradeces, como se siente tu corazón, que emociones evoca, y suéltalo con confianza, con certeza que eso que estás manifestando ya está siendo!
Quédate por unos minutos en total presencia de ese estado inhalando y exhalando desde el corazón.
Lentamente regresa tu atención al cuerpo, comienza a movilizar tus manos y tus pies, desperézate y quédate por unos minutos en posición de capullo hasta reincorporarte nuevamente.